El Papa asegura ante los católicos de Turquía que la “lógica de la pequeñez” es la verdadera fuerza de la Iglesia

El Papa pronuncia su discurso / Crédito: Vatican Media

En su segundo día en Turquía, el Papa León XIV ha dado una caricia a quienes atienden a la minúscula comunidad católica. Hasta la catedral del Espíritu de Estambul, se trasladaron obispos, sacerdotes, diáconos, consagrados, y catequistas para escucharle.

Ante ellos, León XIV aseguró que la “historia que nos antecede no es simplemente para recordar y después archivar en un pasado glorioso, mientras observamos resignados cómo la Iglesia católica se ha reducido numéricamente”.

Hasta 1915, al inicio de la I Guerra Mundial y del derrumbe del imperio otomano, el 35% de la población de Turquía era cristiana. Sin embargo, hoy los católicos se han reducido al 0,04%, apenas 33.000 personas, según los datos de la Santa Sede.

Hasta la catedral del Espíritu de Estambul, se trasladaron obispos, sacerdotes, diáconos, consagrados, y catequistas para escuchar al Papa. Crédito: Magdalena Wolinska-Riedi/ EWTN News
Hasta la catedral del Espíritu de Estambul, se trasladaron obispos, sacerdotes, diáconos, consagrados, y catequistas para escuchar al Papa. Crédito: Magdalena Wolinska-Riedi/ EWTN News

Turquía, país puente entre Oriente y Occidente y de profunda tradición islámica, cuenta hoy con una minoría cristiana que ronda los 100.000 fieles, según datos de  l'Œuvre d'Orient, en un contexto demográfico dominado por una población de 84 millones de habitantes, mayoritariamente musulmanes suníes. 

El Papa dejó claro que el Reino de Dios no se impone “llamando la atención”, sino que se “desarrolla como la más pequeña de todas las semillas plantadas en la tierra”.

Los frutos de la misión de la Iglesia no "derivan del consenso numérico"

“La lógica de la pequeñez es la verdadera fuerza de la Iglesia”, aseveró. “Esta fuerza no reside ni en sus recursos ni en sus estructuras, ni los frutos de su misión derivan del consenso numérico, de la potencia económica o de la relevancia social. La Iglesia, al contrario, vive de la luz del Cordero y, reunida en torno a Él, es impulsada por el poder del Espíritu Santo en los caminos del mundo”, especificó. 

Del mismo modo, les invitó a “dar testimonio del Evangelio con alegría y mirar hacia el futuro con esperanza”. El Papa puso en valor como uno de los “signos prometedores más hermosos”, los muchos jóvenes que tocan a las puertas de la Iglesia católica.

Al mismo tiempo, les pidió un "compromiso especial con la inculturación” para que “la lengua, los usos y las costumbres de Turquía “se conviertan cada vez más en los suyos”. 

El Papa, en la catedral de Estambul. Crédito: Vatican Media
El Papa, en la catedral de Estambul. Crédito: Vatican Media

El Papa recordó que en Turquía planta sus raíces el “cristianismo naciente” y “se escriben las páginas de numerosos Concilios”. Esta tierra es, de hecho, el territorio donde se celebraron los primeros ocho concilios, a partir del primero en Nicea, del que se cumplen 1.700 años y que es uno de los principales motivos de su visita. 

León XIV recordó que este primer concilio ecuménico celebrado en el año 325 es “cimiento en el camino de la Iglesia y de la humanidad entera”.

Durante el encuentro de oración que presidió, el Papa León XIV entonó junto al coro el Padrenuestro en latín un gesto que conmovió profundamente a la exigua comunidad católica. El Pontífice también cantó el Aleluya, en un clima de intensa oración que marcó uno de los momentos más significativos de su visita.

El Papa durante el encuentro de oración. Crédito: AIGAV
El Papa durante el encuentro de oración. Crédito: AIGAV

Tendencia a rebajar a Jesús a un simple “personaje histórico”

El primer desafío que el Papa planteó a los católicos turcos fue el de custodiar lo esencial de la fe. Subrayó que la unidad lograda en torno al Credo niceno no es una mera fórmula doctrinal, sino una invitación a buscar “la unidad y la esencialidad de la fe cristiana en torno a la centralidad de Cristo y a la Tradición de la Iglesia”.

En este sentido, el Santo Padre llamó a cada creyente a confrontarse personalmente con la cuestión fundamental del cristianismo: “Nicea nos invita, aún hoy, a reflexionar sobre esto: ¿quién es Jesús para nosotros?, ¿qué significa, en su núcleo esencial, ser cristianos?”.

Un segundo desafío señalado por el Papa fue el de redescubrir en Cristo el verdadero rostro del Padre. En este sentido alertó sobre una tendencia espiritual que tildó como un “regreso del arrianismo” porque se contempla a Jesús únicamente como un maestro o un profeta admirable, pero sin reconocer su divinidad: “Su ser Dios, Señor de la historia, viene de esta manera oscurecido y nos limitamos a considerarlo un personaje histórico (…) pero nada más”, lamentó.

Frente a ello, reafirmó: “Cristo Jesús no es un personaje del pasado, es el Hijo de Dios presente entre nosotros que guía la historia hacia el futuro que Dios nos ha prometido”.

Fachada de la catedral del Espíritu. Crédito: AIGAV
Fachada de la catedral del Espíritu. Crédito: AIGAV

Desarrollo doctrinal no debe adaptarse a las fórmulas históricas que son “parciales y provisorias”

El tercer punto del discurso estuvo dedicado a la articulación entre tradición y actualización de la doctrina. León XIV describió cómo el Credo de Nicea fue profundizado pocas décadas después en el Concilio de Constantinopla, dando lugar al Símbolo Niceno-Constantinopolitano, rezado hoy en las misas dominicales.

El Papa llamó a seguir el ejemplo de los padres conciliares de Nicea que adaptaron los “lenguajes y categorías” del contexto en el que vivían, pero  instó a distinguir “el núcleo de la fe” de las fórmulas y formas históricas que lo expresan, las cuales siempre “son parciales y provisorias, y pueden cambiar a medida que profundizamos en la doctrina”.

Recordó además la enseñanza del nuevo Doctor de la Iglesia, San John Henry Newman, sobre el desarrollo doctrinal: “No es una idea abstracta y estática, sino que refleja el misterio mismo de Cristo”. 

El Papa también constató en su discurso que en Turquía conviven distintas comunidades cristianas de rito oriental, como armenios, sirios y caldeos, así como las de rito latino.  El Patriarcado Ecuménico, que dirige Bartolomé I, reconoció “sigue siendo un punto de referencia tanto para sus fieles griegos como para los que pertenecen a otras denominaciones ortodoxas”.

Después de visitar un hospital para ancianos, el Papa viajará a Iznik para cumplir la misión principal de su viaje: orar junto al Patriarca Ecuménico, líder espiritual de los 300 millones de cristianos ortodoxos del mundo.


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