Ártículos Más Recientes

11:40 a.m.
Queridos hermanos: La señal de que lo conocemos, es que cumplimos sus mandamientos. El que dice: "Yo lo conozco", y no cumple sus mandamientos, es un mentiroso, y la verdad no está en él. Pero en aquel que cumple su palabra, el amor de Dios ha llegado verdaderamente a su plenitud. Esta es la señal de que vivimos en él. El que dice que permanece en él, debe proceder como él. Queridos míos, no les doy un mandamiento nuevo, sino un mandamiento antiguo, el que aprendieron desde el principio: este mandamiento antiguo es la palabra que ustedes oyeron. sin embargo, el mandamiento que les doy es nuevo. Y esto es verdad tanto en él como en ustedes, porque se disipan las tinieblas y ya brilla la verdadera luz. El que dice que está en la luz y no ama a su hermano, está todavía en las tinieblas. El que ama a su hermano permanece en la luz y nada lo hace tropezar. Pero el que no ama a su hermano, está en las tinieblas y camina en ellas, sin saber a dónde va, porque las tinieblas lo han enceguecido.

11:40 a.m.
Canten al Señor un canto nuevo, cante al Señor toda la tierra; canten al Señor, bendigan su Nombre, día tras día, proclamen su victoria. canten al Señor, bendigan su Nombre, día tras día, proclamen su victoria. canten al Señor, bendigan su Nombre. Día tras día, proclamen su victoria. Anuncien su gloria entre las naciones, y sus maravillas entre los pueblos. Los dioses de los pueblos no son más que apariencia, pero el Señor hizo el cielo. No son más que apariencia, en su presencia hay esplendor y majestad, en su Santuario, poder y hermosura.

11:40 a.m.
Cuando llegó el día fijado por la Ley de Moisés para la purificación, llevaron al niño a Jerusalén para presentarlo al Señor, como está escrito en la Ley: Todo varón primogénito será consagrado al Señor. También debían ofrecer en sacrificio un par de tórtolas o de pichones de paloma, como ordena la Ley del Señor. Vivía entonces en Jerusalén un hombre llamado Simeón, que era justo y piadoso, y esperaba el consuelo de Israel. El Espíritu Santo estaba en él y le había revelado que no moriría antes de ver al Mesías del Señor. Conducido por el mismo Espíritu, fue al Templo, y cuando los padres de Jesús llevaron al niño para cumplir con él las prescripciones de la Ley, Simeón lo tomó en sus brazos y alabó a Dios, diciendo: "Ahora, Señor, puedes dejar que tu servidor muera en paz, como lo has prometido, porque mis ojos han visto la salvación que preparaste delante de todos los pueblos: luz para iluminar a las naciones paganas y gloria de tu pueblo Israel". Su padre y su madre estaban admirados por lo que oían decir de él. Simeón, después de bendecirlos, dijo a María, la madre: "Este niño será causa de caída y de elevación para muchos en Israel; será signo de contradicción, y a ti misma una espada te atravesará el corazón. Así se manifestarán claramente los pensamientos íntimos de muchos".

11:40 a.m.
El sol se iba hacia el ocaso. Pero el fervor de mi hermana Macrina no vacilaba. Cuanto más cercana estaba de su partida, más diligente se dirigía hacia su Amado...Ya no se dirigía a nosotros que estábamos presentes, sino a Aquel hacia quien dirigía incesantemente su mirada... Decía: “Eres tú, Señor, que has abolido para nosotros el temor a la muerte. Eres tú quien, por nosotros, has hecho del fin de la vida terrena el comienzo de la vida verdadera. Eres tú que, por un tiempo, dejas que nuestros cuerpos descansen en un sueño pasajero y eres tú quien los despiertas de nuevo “al son de la trompeta” (1Cor 15,53) Tú entregas en depósito nuestros despojos a la tierra, para que revivan de nuevo, transformando por la inmortalidad todo lo que hay en el cuerpo de caduco y deforme... “Dios eterno, a ti fui confiado desde el seno, desde el vientre de mi madre eres mi Dios” (Sal 21,11), te amo con todas mis fuerzas, a ti me consagro en cuerpo y alma desde mi juventud, envíame un ángel luminoso que me conduzca de la mano al lugar del descanso y de refrigerio donde se encuentra “el agua que sacia” (Sal 22,2) al seno de los patriarcas (Lc 16,22). Tú que has retornado al paraíso al hombre crucificado contigo y que se encomendó a tu misericordia, “acuérdate también de mí cuando llegues a tu reino” (Lc 23,42) porque yo también estoy crucificada contigo...Que me encuentre ante tu presencia “sin mancha ni arruga” (Ef 5.27); que mi alma sea acogida en tus manos...”como incienso en tu presencia” (Sal 140,2)... Luego, cuando ya caía la noche, alguien trajo una lámpara. Macrina abría los ojos y dirigía su mirada hacia la luz, manifestando su deseo de pronunciar la oración de acción de gracias, a la luz de la lámpara. Pero no tenía fuerza su voz...respiró hondo y dejó a la vez la oración y la vida. “Luz amable de la santa gloria del Padre celestial, inmortal, santo y bienaventurado Jesucristo. Llegados al crepúsculo de este día, contemplando la claridad del atardecer, cantamos al Padre, al Hijo, al Espíritu de Dios. Eres digno de toda alabanza y que nuestras voces te canten, Hijo de Dios que das la vida. Todo el universo se aclama!” (Himno de acción de gracias por la luz en las vísperas ortodoxas)

11:55 p.m.

Por: P. José Rodrigo Escorza | Fuente: Catholic.net

Del santo Evangelio según san Mateo 2, 13-18
Después de que los magos partieron de Belén, el ángel del Señor se le apareció en sueños a José y le dijo: "Levantate, toma al niño y a su madre, y huye a Egipto. Quédate allá hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo". José se levantó, y esa misma noche tomó al niño y a su madre y partió a Egipto, donde permaneció hasta la muerte de Herodes. Así se cumplió lo que dijo el Señor por medio del profeta: De Egipto llamé a mi hijo. Cuando Herodes se dio cuenta de que los magos lo habían engañado, se puso furioso y mandó matar, en Belén y sus alrededores, a todos los niños menores de dos años. conforme a la fecha que los magos le habían indicado. Así se cumplieron las palabras del profeta Jeremías: En Ramá se ha escuchado un grito, se oyen llantos y lamentos: es Raquel que llora por sus hijos y no quiere que la consuelen, porque ya están muertos.

Oración introductoria
Dios mío, creo en Ti, confío en tu bondad y en tu misericordia. Guía este rato de meditación porque sabes que soy débil y fácilmente me hago sordo a tu voz.

Petición
Señor, soy tuyo, a Ti me entrego con todo lo que soy y lo que tengo.

Meditación del Papa Francisco

En los relatos evangélicos de la infancia, es emblemático en este sentido el rey Herodes, que viendo amenazada su autoridad por el Niño Jesús, hizo matar a todos los niños de Belén. La mente vuela enseguida a Pakistán, donde hace un mes fueron asesinados cien niños con una crueldad inaudita. Deseo expresar de nuevo mi pésame a sus familias y asegurarles mi oración por los muchos inocentes que han perdido la vida.

Así pues, a la dimensión personal del rechazo, se une inevitablemente la dimensión social: una cultura que rechaza al otro, que destruye los vínculos más íntimos y auténticos, acaba por deshacer y disgregar toda la sociedad y generar violencia y muerte. Lo podemos comprobar lamentablemente en numerosos acontecimientos diarios, entre los cuales la trágica masacre que ha tenido lugar en París estos últimos días. Los otros “ya no se ven como seres de la misma dignidad, como hermanos y hermanas en la humanidad, sino como objetos”. Y el ser humano libre se convierte en esclavo, ya sea de las modas, del poder, del dinero, incluso a veces de formas tergiversadas de religión. Sobre estos peligros, he pretendido alertar en el Mensaje de la pasada Jornada Mundial de la Paz, dedicado al problema de las numerosas esclavitudes modernas. Todas ellas nacen de un corazón corrompido, incapaz de ver y de hacer el bien, de procurar la paz.

Constatamos con dolor las dramáticas consecuencias de esta mentalidad de rechazo y de la “cultura de la esclavitud” en la constante proliferación de conflictos. (Discurso de S.S. Francisco, 12 de enero de 2015).

Reflexión
Desde siempre, la Iglesia posee la firme convicción de que quienes padecen la muerte por razón de la fe, sin haber recibido el Bautismo, son bautizados por su muerte con Cristo y por Cristo. Este Bautismo de sangre como el deseo del Bautismo, produce los frutos del Bautismo sin ser sacramento (Catecismo Universal de la Iglesia Católica, nº 1258).

A los cuarenta días de haber nacido, María y José llevaron a Jesús al Templo para presentarlo al Señor. En esta ocasión Simeón les dijo: “Éste está puesto para caída y elevación de muchos en Israel, y para ser señal de contradicción” - y dirigiéndose a María: “¡y a ti misma una espada te atravesará el alma!” (Lc 2, 34).

Esta profecía pronto se iba cumpliendo, aquí en particular, por las circunstancias que motivaron la huida de la Sagrada Familia a Egipto. En el corazón de Herodes se habían despertado recelos contra su nuevo contrincante. Es verdad, Jesucristo era un Rey, y vino para reinar. Sin embargo, su estilo de reinar iba a ser muy diferente: vino a reinar sirviendo.

Pero no hubo tiempo para darle explicaciones a Herodes. San José actuó como hubiese actuado todo buen padre de familia: sin hesitar llevó a los suyos hacia un lugar donde estaban seguros. Y ahí los iba manteniendo - cosa que no era fácil, porque todo refugiado suele ser despreciado.

Por otra parte, el corazón de María sufrió una de las primeras heridas que la espada profetizada le iba a deparar. Le debió de haber dolido profundamente este rechazo y esta enemistad a muerte, que desde el inicio se habían desatado en su propio pueblo contra su Hijo divino. Al conocer después el hecho de la matanza de los inocentes Ella habrá ofrecido sus purísimas lágrimas a Dios en reparación por tan grande ofensa. Amor y dolor siempre estaban muy unidos en la vida de María.

Propósito
Apoyar directamente o con mi oración, las asociaciones que luchan a favor de la defensa de la vida.

Diálogo con Cristo
Jesús mío, a muchos escandaliza la reacción de Herodes al matar a tantos inocentes. Tristemente hoy, en nuestra sociedad marcada por la cultura de la muerte, ocurre lo mismo. Pocos reaccionan ante la muerte injusta de millones de niños en el vientre de su propia madre. Ayúdame a defender siempre la vida, que haga lo que me toca hacer: orar por las madres que han perdido el sentido de su maternidad, orar por los gobernantes que aprueban estos homicidios para que sepan descubrir el valor y la dignidad de cada persona.

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Conoce más acerca de la Fiesta de los Santos Inocentes que hoy celebramos.



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